10 cosas que no deberías decirle nunca a un/a DJ
Written by Jhon Gutierrez on abril 12, 2024
La industria electrónica ha sido una de las escenas musicales que más ha crecido a lo largo de los últimos años, cuantitativa y cualitativamente. De hecho, se podría decir que a nivel cultural la tradicional, y ahora anacrónica, figura de la estrella del Rock & Roll se ha visto sustituida por la del DJ. Las cifras de los cachés de los pinchadiscos más demandados del mundo están ahí para probarlo. Pero mientras unos pocos reciben toda la atención internacional mediática y monetaria muchos se ocupan casi anónimamente de construir la escena y la industria desde abajo.
Y es a ellos, a los cientos de artistas que se ocupan diariamente de poner música a nuestras noches de fiesta y baile, a quienes les queremos dedicar nuestro artículo de la semana.
Puede que no lo sepas pero lo que más teme un/a DJ en su vida no es tener una mala actuación sino recibir la llamada telefónica de una persona desconocida exigiéndole que apunte su nombre en la lista de la fiesta. Y cuando un/a DJ tiene una pesadilla lo que ve no es una horda de zombies persiguiéndole campo a través sino un entusiasta armado con un pen drive aproximándose peligrosamente a la cabina.
Nos hemos sumergido en los traumas y miedos que todo DJ que se precie ha compartimentado, escondido y tratado inútilmente de borrar de su cerebro para descubrirte las 10 frases que no deberías decirle nunca a un/a DJ. (Nota: todas y cada una de ellas son verídicas, aunque cueste creerlo.)
1. ¿Podrías apuntarme en la lista de la fiesta?
Un número desconocido llama o escribe a su teléfono móvil y ellos, sin hacer caso a las horas de su vida perdidas rechazando un nuevo plan de de fibra óptica en una conversación que ni el operador/a ni ellos quieren tener, ceden a la curiosidad y atienden. Del otro lado una voz desconocida decide obviar presentaciones e ir directa al turrón, porque aquí hemos venido a jugar, y les pide amablemente en el mejor de los casos y exigentemente en el peor que le apunten en la lista de la fiesta. No se conocen mutuamente. Probablemente nunca hablen de nuevo. Pero ahí estás el/la DJ sintiéndote mal por tener que rechazar su propuesta, si es que puede considerarse así.
2. ¿Puedes hacer entrar a mi colega que está en la puerta?
También están los buenos samaritanos quienes no piden para ellos pero no tienen problema en hacerlo para sus colegas. El/la DJ está ocupado organizando su equipo al mismo tiempo que presta atención a la psicología de la pista cuando lo ve venir. Siempre, absolutamente siempre, se les ve venir. Se acerca con la confianza que décadas de ausencia de negativas le han dado para pedir que le acompañen e intercedan para que su colega pueda entrar. En algún punto de su interesante proceso mental se ha olvidado sumar a la ecuación el paso en el que el/la DJ cobra por tu trabajo. Sin entradas no hay dinero, sin dinero no hay DJ.
3. Perdona, ¿tienes alguna cortesia de licores?
Que no haya confusión, a todos nos gusta un trago gratis, no hay ninguna crítica ahí. Pero hay quien se pasea por el local con tal cantidad de tickets en la mano que podría lanzarse a bailar Locomía y a nadie le resultaría extraño. Un/a DJ ha sido contratado para pinchar ni tiene libre acceso a la barra, ni le regalan su peso en ginebra, ni cuenta con una varita mágica para convertir los posavasos en tickets. Compartir es vivir sí, pero lo que ellos hacen tiene otro nombre, se llama racanear, hay que rascarse el bolsillo.
4. ¿Puedes poner este tema que me encanta?
Aquí nos movemos en terrenos más complicados. Todos y todas en más de una ocasión nos hemos acercado ebrios de felicidad a la persona a cargo de la música y hemos rogado por un tema. Admitámoslo. Pero, ¿qué sería de la vida sin el bonito y arduo proceso de maduración? Si no tienes 18 años y una dosis excesiva de emociones no tienes razón alguna que justifique que le pidas a un/a DJ un tema. No importa cuantas copas lleves encima, que haga 3 años que no veías a tu colega o 5 desde que saliste la última vez. Los/as DJ tienen un trabajo, deja que lo hagan. Y por supuesto, nunca, nunca recurras al chantaje monetario y/o emocional, defiende tu dignidad.
5. Oye, ¿puedes enseñarme algún truco para tocar?
Vale que algunos/as DJ hagan que tocar parezca fácil pero de ahí a pedirles que te hagan un tutorial personalizado al mismo tiempo que están trabajando hay un trecho. Nunca dejes de aprender, persigue tus sueños, eleva tus metas pero sé consciente de la situación. El/la DJ está ahí para hacer que te lo pases bien, sí, pero eso no significa que esté a tu servicio y que deba cumplir todas tus exigencias.
6. ¿Me dejas tocar un rato? He traído mi USB con unos tracks exclusivos.
Esta sociedad individualista en la que vivimos nos ha hecho creer que tenemos en nosotros la potencialidad de ser los protagonistas de todos los saraos pero no es verdad. Tener una USB con tracks exclusivos no te convierte en DJ, del mismo modo que tener ropa no te hace diseñador ni llevar Vans skater. Sé consciente de tus propios límites. Si lo tuyo es descubrir temazos y darlo todo en la pista de baile dedícate a ello y deja a los profesionales lo de pinchar música. Si lo haces el mundo será un lugar más feliz.
7. No me gusta lo que estás tocando, ¿no ves que la gente no se lo pasa bien?, deberías cambiar de música.
Los y las DJs son seres humanos y como tal tienen la capacidad de errar y puede que te haya tocado presenciarlo. Ten paciencia, dales tiempo y comprobarás como en la mayoría de los casos son perfectamente capaces de redireccionar su propuesta musical. Ahora bien, si te pasa con demasiada frecuencia igual deberías plantearte que quizás es tu perspectiva y que quizás nadie más la comparte. Tener una opinión es importante siempre y cuando seas consciente de que a nadie más le importa.
8. No entres en la cabina, no toques el equipo y no hurgues en las pertenencias del DJ.
El espacio personal debe respetarse y no es que las mayorías de las cabinas de clubes y salas tengan unas dimensiones olímpicas. No trates de entrar en la cabina, si lo logras no toquetees todo lo que esté a tu alcance como si fueses un chiquillo que acaba de aprender a andar y por supuesto, no hurgues en las pertenencias del DJ. Nada de echar un ojo a su portátil, rebuscar en su maleta de vinilos o utilizarlos para abanicarte. Si ahora mismo estás alucinando leyendo esto conviene recordarte que todo, absolutamente todo, es verídico.
9. No tires cosas a la cabina.
Ni bebidas, ni latas, ni calzoncillos, ni sujetadores, no tires nada a la cabina, es sencillo. Sabemos que la euforia a veces puede llevar a actuar irracionalmente pero está en el poder de todos frenar nuestros más bajos impulsos. Los DJs y las DJs de todo el mundo confían en ti.
10. Cuidado con intentar ligar.
En general. Ni con los y las DJs, ni con los y las camareras, ni con el equipo de seguridad, ni con los encargados del guardarropa suele ser buena idea ligar. Están trabajando y por lo tanto están expuestos. Además entre ligar y acosar hay una línea muy muy fina casi podría decirse que inexistente y puedes ponerles y ponerte a ti mismo/a en una situación muy incómoda.
Ahora ya lo sabes. Si sigues nuestros consejos harás la vida del DJ algo más fácil y permitirás que se centre en lo verdaderamente importante, pinchar música que te haga disfrutar. Así que si no lo haces por ellos/as al menos hazlo por ti.
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